viernes, 27 de marzo de 2015

MENTE SANA ...EN CUERPO SANO!


El verano, etapa del año donde todos y todas buscan lucir una figura “perfecta”, dándole paso a las dietas y con ello abriendo algunas puertas que posiblemente nunca logren cerrar otra vez. Todos los trastornos alimentarios empiezan con la ensoñación de la pérdida de un par de kilos, pero pronto se convierte la comida en una manera de tapar agujeros mucho más grandes que sólo un estómago vacío.


Como este tipo de trastornos suelen empezar en edades críticas, como la pubertad y la adolescencia, etapas donde aún somos hijos y donde solemos estar a cargo de terceros, los padres en especial, juegan un papel importante en la prevención o la pronta detección de estas patologías, una buena comunicación y estar interesados por las actividades y los sentimientos de nuestros hijos pueden ser suficientes para ayudarlos en fortalecer su autoestima y lograr que obtengan recursos que les permitan expresar sus emociones y solucionar los problemas eficazmente. 


Enfocarse en la comida como lo hace una persona con patología alimentaria es una manera de no ver la realidad del día a día en el espejo.

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